domingo, 3 de diciembre de 2017



Tanto esfuerzo sanitario perdido. Elio Ríos.
30 6 2017
Cuando se crearon el Ministerio de Sanidad y la División de Malariología en 1936 en Venezuela, se hizo un hito mundial: el ambiente en un factor de salud y puede ser un determinante patológico. Un legado importante que aportó las condiciones para un venezolano sano y una venezolana sana.
La lucha contra las enfermedades infecciosas y parasitarias del aparato digestivo tanto en el campo como en las ciudades, fue de alto valor a través de la higiene, el manejo adecuado de los desechos, el acceso y manejo adecuado del agua, manejo de las aguas residuales y la promoción para la salud.
Desde 2014 la política se ha enturbiado como guiada por Némesis y no por la el razonamiento político usando una estrategia de romper con esa tradición de ochenta y un años de salud ambiental y convertir parte de nuestras ciudades en verdaderos sitios llenos de determinantes patológicos.
No se debe llamar protesta a acabar con el manejo integral de la basura y convertirla en desechos sólidos contaminantes y asesinar árboles, materia prima para obstruir el paso de calles y avenidas. Los desechos sólidos no solo son fuente de gérmenes, también favorecen la proliferación y crecimiento de poblaciones de vectores (roedores, cucarachas, chiripas, moscas, mosquitos) de las enfermedades infecciosas e infectaciones (parasitosis), cuando la norma de recolección de basura debe ser menor o igual a 72 horas para evitarlo.
No se puede llamar protesta cuando se queman estos desechos sólidos contaminantes produciendo un traslado desde la litósfera hasta la atmósfera, contaminando la atmósfera, creando humos contaminantes que afectan la integridad y salud atmosférica. Cuando en 1972 en la Cumbre de Estocolmo se le dijo al mundo que tenemos el derecho a un aire impoluto, al quemar los desechos que obstruyen las calles y avenidas con su energía funden el asfalto y sus humos causan afectación respiratoria irritatoria a todos y todas, también exacerban las crisis de la población que padecen enfermedades crónicas del sistema respiratorio (asma, bronquitis crónica, enfisema pulmonar, bronquiectasias, fibrosis pulmonar).

No se puede llamar protesta cuando quemas los desechos sólidos contaminantes para obstruir calles y avenidas sabiendo que entre ellos existen plásticos o cauchos (neumáticos) que al quemarse pueden generar dioxinas. Estas sustancias han sido prohibidas en el mundo por generar, entre otras, malformaciones congénitas, enfermedades endocrinas y cánceres.
No se puede llamar protesta al uso de las heces fecales como arma contra las autoridades, el esfuerzo del manejo de las excretas es para evitar la transmisión de enfermedades como fiebre tifoidea, diarreas, parasitosis, hepatitis.
No se puede llamar protesta atacar laboratoros en los cuales se manejan gérmenes, para su estudio, que produzcan infecciones humanas, de otras especies animales y vegetales.
Apostamos a la salud como el bienestar del cuerpo, la mente, la sociedad y el ambiente, no simplemente la ausencia de enfermedad.
Por tanto repudiamos la insalubridad, la contaminación y devastación como instrumento político.
Hacemos un llamado a los dirigentes políticos de la oposición venezolana a contribuir con la salud ambiental de Venezuela y evitar seguir con estas prácticas patológicas.
Instamos a las Autoridades y al pueblo a pronunciarse, a cumplir la función de guardería ambiental, a denunciar e instrumentar expedientes ante la insalubridad, contaminación, devastación ambiental.

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